Un memorándum a la humanidad

En los dos países en que viví mi juventud, Argentina y Cuba, una de las circunstancias más presentes en el paso de la adolescencia a la juventud era la posibilidad de tener que cumplir con el Servicio Militar Obligatorio, o bien como evitarlo. Había dos casusas fundamentales para evitarlo, un profundo desacuerdo con la esencia  del universo militar, y la inutilidad y el tiempo perdido que significaba en el caso de Cuba tres años y en Argentina uno lavando retretes, limpiando oficinas, llevando mandados, pintando cuarteles, transportando los víveres, haciendo ejercicios extenuantes, y casi nunca desempeñando actividades o aprendiendo habilidades propias de un soldado. Las formas de evitarlo eran con exenciones médicas por enfermedades o accidentes, ejerciendo el derecho a la objeción de conciencia, por sacar un número bajo en el sorteo, o directamente por la deserción. Sobre esta última modalidad trata este excelente trabajo, cuidado minuciosamente en el lenguaje literario, de exquisita escritura como si nos trasladase sobre una alfombra que sobrevolase sus recuerdos con la cadencia de una pieza musical, ora amenizado con una suave brisa refrescando nuestros rostros, ora con una bocanada de calor que traslade la angustia agobiante de cada trance pasado.

Aquí encontramos fundamentalmente la historia de una secuencia de injusticias, sobre un mismo sujeto. Vamos a leer de modo autobiográfico como cae a manera de cascada todo el peso de los siglos de prejuicios, leyes, constructos morales, anacrónicos, sobre una persona que se atreve a desafiarlos, abriendo una cerradura tras otra para llegar a la puerta que finalmente desemboque en el campo abierto de la conciencia. Recorreremos una historia de prisiones, de abusos, de exilio, de detenciones arbitrarias, de la pérdida irreparable del padre, del hijo, y de coraje, y todo ello lo veremos escrito con una pluma refinada, que hace a las palabras danzar al ritmo de los acontecimientos o el delecte de un escultor creando su mejor pieza, como el que puso Miguel Ángel en su última Piedad, la que dejó inconclusa para su amigo Rondanini.

El libro es un recuento acronológico pero mucho más importante que el tiempo en que tiene lugar cada acontecimiento es la importancia misma de estos, la concatenación de eventos tortuosos, marcados por la persecución de una suerte ambigua, que por un lado presenta un filo hiriente, dañino, doloroso, que acarrea desde la pérdida de la libertad, el intento de humillación del poder sobre el ente libertario, el verso suelto, el exilio, el terror, el desamparo en lo desconocido, la pérdida de seres tan queridos, como un padre y sobre todo el remonte de la experiencia más dura que la vida puede tener reservada para una persona, la muerte de un hijo; y del otro lado el valor de atravesar límites poco sensibles de ser desafiados, la dignidad frente a la injusticia, el latir más genuino del corazón, cuando se enfrenta a Goliat con la frente alzada, el dolor que ennoblece, la acumulación de experiencias vitales que tras el paso del tiempo uno no sabe si las escribe porque las vivió o las vivió para un día ser escritas, conformando un material valioso, motivador, para nuevas generaciones con novedosas problemáticas, pero donde radique un número de gente, de espíritus, reconocerán su propia y eterna necesidad de expresar el incumplimiento de lo establecido.

Orazio Maria nos lleva a través de una narrativa fina, culta, sin un sentido estricto cronológico una y otra vez a reflexionar sobre el absurdo de los convencionalismos, de las reglas, casi todas recubiertas de sentido en un inicio, pero al poco más o menos convertidas en caprichosas, anacrónicas, sin razón de ser. Varias veces nos habla del afecto, del refugio que proporciona el abrazo de la amistad en los momentos más difíciles, la fortaleza interior a que remite el recuerdo de las virtudes, la tristeza feliz de albergar tales recuerdos, la amargura del amor roto, una mujer amada para siempre por encima de las emergencias del deseo, el humor, la conciencia. Y así como vamos de su mano por estos trillos donde el cariño construye puentes que sortean mayores dificultades, también nos pasea por el tormento de la soledad, el dolor físico, las numerosas privaciones de libertad, la hosquedad del ser humano cuando da rienda suelta a lo más bajo de la condición humana, nos revela el viaje del pensamiento entre una dimensión y otra, de la manera en que permanentemente el Yo, busca un equilibrio entre los extremos a que se ve expuesto por sus temores o sus añoranzas, entre las paredes en que se sitúa para poder acometer una vida convencional, en la que siempre aparecen una y otra vez las voces desde los confines del amor, de los miedos y las fobias.

La decisión de Orazio Maria, cobra cada día mayor fuerza si se quiere, sobre todo en nuestros tiempos de animosidades exterminadoras por parte de todas las potencias y sus aspiraciones de dominio demostración de fuerza, apagando la más auténtica germinación de la virilidad y la manifestación de la testosterona en el remanso de la paz, hoy cuando el pacifismo es la causa más urgente de la humanidad. Precisamente tomó posicionamiento frente a la concepción militarizada del mundo, a la estructuración de mando y obediencia, al orden desde el que parte toda la concepción del tiempo lineal occidental, plantarle cara al servicio militar desde Sicilia, tierra de confluencia de civilizaciones, entre ellas la romana, la patria de Bellum, la máxima organización de los hombres con el fin de llegar, luchar y vencer, primero en ejército, luego en Legión, a cargo de tribunos de infantería o de caballería en donde el servicio militar era obligatorio y afectaba a los ciudadanos entre diecisiete y sesenta años de edad, donde incluso las clases altas no intentaban rehuir el servicio militar, ya que su cumplimiento era imprescindible para poder acceder a las magistraturas del estado aunque obviamente nunca eran destinados a las tareas más pesadas ni las más peligrosas. Es en el corazón de una tradición histórica arraigada en la cultura donde Orazio Maria se enfrenta a las consecuencias de la deserción.

El periplo por Francia tanto en Lyon como en París pone de relieve la universalidad de la razón que le asistía a Orazio Maria en su cruzada contra la concepción militarizada de la vida, la solidaridad de los amigos franceses antimilitaristas, objetores o desertores, así como la brisa de aire fresco que nos trae el paseo desde el trabajo a la Universidad para cursar estudios, robando cada vez que podía un siempre escaso tiempo, para dedicarlo a la lectura. En resumen el libro más que un recuento de peripecias, fatigas, alegrías y tristezas experimentadas ora como en poema épico homérico, ora cual una tragedia shakespeariana, y a merced de la calidad de las experiencias y conocimientos empíricos de las situaciones límites vividas por un desertor del servicio militar, es un recordatorio, un memorándum a la humanidad, a través de un alegato testimonial, de los valores más importantes en la vida, de las razones que dan sentido al esfuerzo y al sacrificio, aún cuando la duda, perenne, eterna y bendecida, amenace en ocasiones con desintegrar el cofre de las convicciones.

Martín Guevara Duarte
Prefazione a “Con animo imprescrittibile: diario di un disertore” di Orazio Maria Valastro
Sensibili alle foglie, 2022 128 pagine, ISBN 978-88-32043-81-5
In copertina: Orazio Maria Valastro, foto originale passaporto, rilasciato in data 14 ottobre 1980.

Martín Guevara Duarte, autor y escritor, nacido en Argentina en 1963. Se exilió con su familia en La Habana, permaneciendo durante doce años mientras su padre, Juan Martín Guevara, hermano del Che Guevara, guardaba prisión política de la dictadura argentina. Regresó a Argentina con la democracia. Desde temprana edad reflejaba sus inquietudes a través de la lectura y la escritura. Martín viaja por América Latina y Europa con frecuencia, escribe poemas, cuentos, reflexiones, que presenta en tertulias literarias. Se muda a España donde forma una familia, vive entre Madrid y León. Su estilo es crítico con los mecanismos autoritarios en cualquier modelo de sociedad y, en especial, con los totalitarismos de nuestra época. Invitado a participar en el Camino Internacional de la Antigua Transversal de Sicilia, cruzó Sicilia a pie, estableciendo un fuerte vínculo emocional con la isla. También ha participado como testimonial de pluma y miembro del jurado en Thrinakìa, el Premio Internacional de escritura autobiográfica, biográfica y poética dedicado a Sicilia, concebido y presidido por el sociólogo Orazio Maria Valastro. Escribió A la sombra de un mito, que lo llevó a diferentes países de distintos continentes, donde fue invitado a dictar conferencias, y un libro de memorias, Los niños del Habana Libre, sobre sus años de exilio en Cuba. Colaboró en el proyecto Diarios con el artista visual cubano Danis Ascanio, presentado y premiado en Milán, una serie de serigrafías inspiradas libremente en la imagen del Che Guevara. Durante la última década ha escrito un gran número de artículos en su blog homónimo, así como en diversos medios digitales, publicando Triángulo Guevara, una recopilación de estos artículos con la editorial Lobo Sapiens.

Edizioni Sensibili alle foglie

One thought on “Un memorándum a la humanidad

  1. Sentendomi coinvolto dalle tue riflessioni, ritrovando nelle tue parole tante storie di compagni di viaggio dai quali dovremmo imparare tutti, penso al diritto alla verità, un diritto umano fondamentale per tanti nei paesi sud americani e praticamente disconosciuto nella civilissima Europa. La tua storia è attualissima, basti pensare alle vicende della Diaz. Mi riconosco nella tua sensibilità e nel tuo agire politico fatto di parole e carne viva, di voglia di rendere possibile il cambiamento. Un disertore che non indietreggia davanti all’etica. Grazie. Voglio acquistare il libro perché scegliere un libro così vuol dire da che parte si vuole stare. Un abbraccio.

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